Esta vez el formato de la obra, un dúo, prescindía de elementos escenográficos, contando con un llano diseño de iluminación, a ritmo de Frank Sinatra, protagonista en el espacio sonoro, se presentan en escena dos cuerpos que recorren una metáfora de cómo llevar la fisicalidad del trabajo de los intérpretes hasta el máximo, mostrando una escena visceral, desgarradora y dicotómica; los bailarines comienzan ataviados con una sencilla vestimenta, que más tarde se convertirá en un fallido contenedor de sus propios cuerpos. Un gran despliegue de energía y de instinto, que habla de aquellos elementos del ser humano que se encuentran soterrados bajo todo un mar de pensamiento y racionalidad, una danza desde las
entrañas, una puesta en escena sencilla y unos actores comprometidos con el esfuerzo físico y emocional que requería la coreografía.
Un trabajo que cabalga desde la mimesis teatral (imitación), hasta la diégesis (experiencia vital) de la performance que contó con la interpretación de Isabela Rossi y Fran Martínez.
La pieza obtuvo varios galardones: el premio de la crítica; una beca de
investigación en Bassano del Grappa (Italia); y el premio de la Universidad Carlos III de Madrid. Además, Isabela Rossi ganó el premio Fundación AISGE que da lugar a varias residencias coreográficas y becas entre otros, premio merecido para la joven intérprete que encandiló con su entrega al publico asistente.
Lingua conduce al espectador entre el músculo y el lenguaje corporal, mostrando el cuerpo como resistencia a la palabra, con una poética que suscitará incomodidades y pasiones por igual. La palabra hecha carne.